Chile encabeza la lista de países de América Latina en cuanto a la adopción de la electromovilidad en el transporte público, consolidándose como un referente regional en este ámbito. Sin embargo, en lo que respecta a la venta de vehículos eléctricos, aún estamos rezagados respecto a naciones como Brasil. Según datos proporcionados por la Asociación Nacional Automotriz de Chile, esta tendencia está cambiando gradualmente, con un aumento constante en las ventas.
Durante el primer semestre del 2023, se registró la venta de más de 3.500 unidades de vehículos eléctricos, lo que representa un incremento del 40,5% con respecto al año anterior. Aunque estos avances son alentadores, los desafíos en el ámbito logístico son significativos. Se han establecido metas ambiciosas, como la transición exclusiva a maquinaria eléctrica para el año 2035 y la totalidad de maquinaria en circulación eléctrica para el año 2050.
Es importante reconocer que si bien los vehículos eléctricos son una herramienta poderosa en la lucha contra el cambio climático al proporcionar una alternativa limpia y eficiente a los vehículos de combustión interna, no son la solución definitiva a la contaminación por sí solos. Se requieren medidas adicionales y un enfoque integral para abordar este desafío ambiental de manera efectiva.
Electrificar flotas de delivery y transporte es solo el primer paso en un camino largo y complejo hacia la sostenibilidad. Por ejemplo, la gestión eficiente de flotas será crucial en esta evolución. No se trata solo de cambiar de combustión a vehículos eléctricos, sino de entender y optimizar cada aspecto del proceso, desde la carga hasta la logística de rutas, el mantenimiento predictivo, la matriz energética y el análisis de datos.
La transición hacia la electromovilidad puede marcar un punto de inflexión en las empresas de delivery, fortaleciendo su compromiso con la sostenibilidad a través de comunicaciones internas efectivas. Sin embargo, destacamos que este cambio requiere un compromiso organizacional profundo y la participación de todos los colaboradores. A menudo, se necesitan hitos claros para impulsar esta transformación, lo que a su vez representa una oportunidad para las organizaciones.
Además, los vehículos eléctricos de uso intensivo tienen una presencia visual destacada, lo que puede reforzar la imagen de la empresa como líder en sostenibilidad. Este cambio también conlleva nuevas responsabilidades, como la capacitación del personal, la adquisición de suministros adecuados y la implementación de procesos de carga eficientes y medidas de seguridad específicas para vehículos eléctricos.
Desde MOOEVO Green hemos estado colaborando con diversas empresas en la transición hacia flotas eléctricas, algunas han completado la transición casi en su totalidad, mientras que otras están adoptando este cambio gradualmente. Esto refleja el crecimiento continuo de la industria hacia vehículos más limpios y eficientes, incluidos los híbridos. Este impulso hacia la electromovilidad es una tendencia imparable en la industria.
Por último, destacar que si bien la inversión y el esfuerzo de las empresas son fundamentales, la verdadera medida del compromiso se refleja en acciones concretas más allá de las redes sociales. La transición hacia la electromovilidad representa un paso significativo hacia un futuro más sostenible, y las empresas que lideran este cambio están demostrando un compromiso real y efectivo hacia la mitigación del cambio climático.