La micromovilidad eléctrica es un concepto utilizado para definir los diferentes nuevos medios de transporte, que son asistidos por electricidad, y que permiten a las personas trasladarse o recorrer distancias cortas y comunes, como ir a la compra, a la universidad, al trabajo… pero también como herramienta de trabajo (como en el caso de los repartidores o riders).
Según los últimos estudios, alrededor del 60% de los viajes que se realizan en coche en el mundo son de menos de ocho kilómetros. Una distancia que se puede recorrer perfectamente con vehículos como los patinetes eléctricos.
Los modos de micromovilidad eléctrica están aumentando su cuota de mercado en ciudades de todo el mundo. El aumento en la cantidad de scooters y bicicletas eléctricas en las ciudades se ha visto impulsado por la promesa de resolver algunos de los problemas urbanos actuales, como la congestión, la calidad del aire y el consumo de energía.
Las ciudades impulsan estos nuevos modos porque ofrecen resultados positivos para el medio ambiente y la sociedad. Sin embargo, la naturaleza exacta de estos beneficios aún no está clara, especialmente en términos de su impacto real en la equidad y la justicia social.
Este nuevo término de micromovilidad eléctrica nace a raíz de la gran revolución que han vivido las ciudades en el transporte, debido a los profundos cambios demográficos y al crecimiento de la población.
Existen muchas soluciones de micromovilidad eléctrica, que van desde vehículos de movilidad personal, como patinetes eléctricos o e-scooters, e-bikes o bicicletas eléctricas, hoverboards, segways, etc. hasta pequeños medios de transporte propulsados por motores eléctricos. Entre todos estos vehículos, los scooters o patinetes eléctricos han adquirido la mayor importancia.
En esta línea, un estudio de la empresa de patinetes compartidos TIER Mobility sitúa a España a la cabeza de los países europeos con más usuarios de micromovilidad. El informe asegura que el 30% de los españoles utiliza este tipo de movilidad en sus desplazamientos urbanos.
El estudio se realizó a través de una encuesta online en la que participaron más de 21.000 personas. El objetivo es analizar los hábitos de movilidad en 36 grandes ciudades de 14 países.
El estudio muestra que el 30% de los españoles utiliza vehículos de micromovilidad en sus desplazamientos urbanos. Esto nos convierte en el país europeo con mayor proporción de usuarios de micromovilidad, seguido de cerca por Italia y Francia con un 28% y 25% respectivamente.