Para fines de esta década, millones de autos eléctricos estarán en las carreteras del mundo, impulsados por innovaciones tecnológicas que impulsarán este mercado. Algunas de estas innovaciones ya están aquí, otras están a la vuelta de la esquina.
Instalar un sistema de propulsión eléctrica en un vehículo va más allá de sustituir el motor de combustión interna por uno eléctrico y el depósito de combustible por baterías. Con el cambio en el sistema de propulsión llegan muchas otras tecnologías necesarias para que la experiencia de este cambio sea lo más atractiva posible para los usuarios.
La innovación era evidente en esos años, pero es interesante proyectar la imaginación unos años en el futuro para predecir cómo será el ecosistema de la movilidad eléctrica a finales de esta década, cuando millones de coches eléctricos estarán en las carreteras de todo el mundo. son: coches en red, planificadores de rutas, sofisticados sistemas de gestión de energía, controladores de eficiencia, redes de carga rápida.
Hay muchas áreas por desarrollar y muchas tecnologías avanzarán para que conducir un vehículo eléctrico sea una experiencia más placentera que conducir un vehículo de combustión. Dentro de las tecnologías relacionadas con la movilidad eléctrica, la carga inalámbrica es una de las grandes novedades que pueden cambiar la vida con un vehículo. Al igual que los teléfonos, es posible que algún día los automóviles eléctricos se carguen simplemente estacionándose en lugares designados.
En la versión estática, las ventajas radican en la practicidad y la ergonomía. Aunque el proceso de carga no es especialmente tedioso, puede resultar incómodo, sobre todo en condiciones meteorológicas adversas. En cualquier caso, siempre será más cómodo no tener que conectar un cable.
Pero hay una segunda parte de esta tecnología que es aún más interesante y práctica: la carga inalámbrica dinámica. Mediante la implantación de sistemas de recarga bajo la calzada, las infraestructuras se transforman en zonas energéticas que permiten recargar un vehículo mientras se conduce.
Ya hay algunos experimentos con proyectos piloto de carga real que presagian el futuro de esta tecnología. Eliminaría las tres principales desventajas de la movilidad eléctrica: la autonomía, los tiempos de recarga y el precio de los vehículos. Sus beneficios van más allá de cargar sobre la marcha. Su funcionamiento da como resultado baterías más pequeñas porque no se necesita almacenar tanta energía para llegar a otro punto de carga.
En el caso de una escala para recargar los tiempos se reducen. Los vehículos son cada vez más ligeros y económicos. Por no hablar de las ventajas que resultan para el transporte de mercancías, cuyo principal inconveniente son los tiempos de carga de las baterías y el peso adicional que limita la carga de los camiones.
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